DESTINO
El penique de plata gira por el aire, ante los atentos ojos de los dos hombres que observan con interés el devenir del destino en forma de moneda. La naturaleza pura del azar en un instante. La buena o mala suerte que está por decidirse en un suspiro, en el acelerado latir de un corazón.
En la sala de maternidad del viejo hospital, los dos hombres, de pie junto a la cuna del recién nacido, miran la moneda que se detiene, por fin, tras las muchos vueltas dadas en el aire. Giros de fortuna, dejando sellado el destino del niño.
El ángel, vestido impecablemente de blanco impoluto, agacha la hermosa cabeza, coronada de blondos cabellos, abatido. El demonio, cubierto de andrajosas ropas oscuras, sonríe con una sonrisa tan antigua como el pecado original.
Cambian de cuna, charlando amigablemente, y vuelven a lanzar la moneda al aire con el destino de la siguiente alma en juego.